Mi experiencia con la fotografía estenopeica
Construir. Aplicar. Experimentar. Practicar. Revelar. Remontarme varios siglos atrás en la historia, y sentir la fotografía en su más pura expresión. La creación de imágenes mediante un instrumento tan básico como la cámara estenopeica, es una experimentación que -según mi opinión- todo fotógrafo debe hacer alguna vez en su vida, pues creo que es el conocimiento básico para comprender lo que actualmente utilizamos como cámara fotográfica. Es una experiencia enriquecedora y llena de enseñanzas, pero además posee un romanticismo asociado a la fotografía en sus inicios, que es inevitable percibir y disfrutar.
La primera vez que salí con mi cámara estenopeica, construida por mis propias manos, sentí la ansiedad y los nervios que seguramente sintieron aquellos primeros experimentadores al momento de crearla. Esa sensación adrenalínica -si así se puede llamar- por contar con ese único disparo, por el significado de arruinar la oportunidad, pero más aún: por lo que significaría tener éxito en mi resultado, y poder atesorarlo como mi obra más artesanal e íntima que he producido. Es sentir que la impresión que obtengo, es realmente propia, mía, nació exclusivamente de mis manos sacando provecho de las propiedades físicas y químicas de la luz.
Es importante saber bien lo que uno está haciendo, tanto como para hacer un buen uso de la cámara, como para compartir sabiduría. Mi segunda fotografía la saqué en una plazoleta, y mientras calculaba los ángulos en los que debía posicionar mi cámara (lo que no demoró poco tiempo), se me acercó un hombre muy curioso, y me preguntó lo obvio: "Disculpa, pero... ¿te puedo preguntar qué estás haciendo?". Mi primera reacción fue reír al imaginarme cómo me veía ubicando tan esforzadamente una pequeña caja negra, apuntando a un monumento, mirando desde la ubicación de la cámara en posiciones poco comunes para calcular el encuadre. Cuando le dije que estaba tomando una fotografía, terminó por ser aún más ridícula mi situación para él. Luego de conversar un poco, y de intentar convencerlo de que realmente era una cámara fotográfica, me pidió presenciar la captura fotográfica, aún sin poder imaginarse cómo lo estaba haciendo. Lo presenció, pero le aclaré que lamentablemente no le podía mostrar de inmediato la imagen. Creo que, ahora agregando ese detalle, con mayor razón debe haber pensado que le estaba jugando una broma.
Así como él, otras personas han sido curiosas y se han permitido aclarar sus dudas al consultarme, y pienso que esa curiosidad es la esencia de una persona que estaría dispuesta a aprender sobre algo desconocido. Para mí, es único poder maravillar e impresionar a la gente con algo tan simple y hermoso como la fotografía estenopeica. Sé que a quienes les he podido transmitir aunque sea una pincelada del funcionamiento de la fotografía, algo quedará en ellos, algo les hará pensar distinto la próxima vez que realicen una captura. Espero que así sea, y que disfruten de la simpleza de las cosas.
